¿Qué son las calcificaciones en el hombro?

Las calcificaciones en el hombro ocurren cuando aparecen depósitos de calcio sobre los tendones del hombro. El calcio provoca la irritación de los tendones del manguito rotador, lo que puede desembocar en dolor agudo. Normalmente ocurren en el supraespinoso, aunque también puede darse en el infraespinoso o en el tendón subescapular. La formación de esta calcificación se debe a la formación de sales de calcio sobre la bursa inflamada o el tendón dañado por cambios en las características normales del tejido. Durante esta formación puede no haber dolor y descubrirla al pedir un radiografía o eco por otra causa, pero durante la fase de reabsorción (cuando los mecanismos del organismo intentan destruirla) puede aparecer mucho dolor y ser muy agudo su comienzo.

El dolor puede aparecer en forma de crisis repetidas que interfiere con el descanso por la noche con gran afectación laboral incluso del estado de ánimo, seguido de periodos sin síntomas. En alrededor de un 20% de los pacientes afectará a ambos hombros, pudiendo ocurrir a la vez o incluso años después.

Causas de la calcificación del hombro

Realmente se desconocen las causas por las que se depositan cristales de calcio en el hombro (calcificación de hombro). Habitualmente estos depósitos se localizan en el espesor del tendón y en la bursa subacromial, por encima del tendón. Con mayor frecuencia afectan al tendón supraespinoso (65% de los casos), con menor frecuencia al infraespinoso (30% de los casos), y mucho más raramente al subescapular (5% de los casos).

En general afecta a gente sana, sin antecedentes de enfermedades destacables, aunque puede ser un poco más frecuente en pacientes con trastornos de tiroides o trastornos endocrinos. La mayor parte de los pacientes no tienen calcificaciones en otras articulaciones (rodillas, codos, muñecas, tobillos, o caderas) salvo la mencionada posibilidad de afectación en ambos hombros, por lo que parece ser un proceso local de los hombros y no una enfermedad generalizada de los tendones en otras partes del cuerpo. Puede haber alguna correlación con calcificaciones o piedras en el riñón o en la vesícula, pero muy indirecta, y aunque siempre preguntamos estos antecedentes (trastornos de tiroides, litiasis renal o vesical, diabetes, trastornos endocrinos), en la mayor parte de los casos son pacientes sanos.

Tampoco parece haber una relación estrecha con las actividades que haga el paciente, ya sean laborales o deportivas, y las calcificaciones aparecen en pacientes que trabajan manualmente, pacientes con trabajo sedentario, y pacientes que no trabajan. Por regla general no es necesario pedir pruebas reumáticas, ni estudiar el metabolismo del calcio, ya que muy pocas veces aporta algo al tratamiento.

Síntomas

El síntoma más habitual, por él se acude al especialista, es un dolor agudo en el hombro sin causa aparente. Es decir, no han ocurrido traumatismos o sobreesfuerzos. Este dolor también puede provocar inmovilidad y problemas a la hora de dormir.

También es posible una tendinitis calcificante asintomática, que se descubre de manera casual al realizar una radiografía para cualquier otra patología.

Se suele dividirse en varias fases donde los síntomas pueden variar:

  • Fase formativa, que puede durar varios años. Es en la que se forman los depósitos de calcio. Es asintomática o el dolor es moderado.
  • Fase reabsorbida: en ella se manifiesta el dolor agudo en el hombro, ya que el calcio se libera, lo que inflama los tejidos. Puede durar entre uno y seis meses.
  • En la fase de reposo el calcio se mantiene estable. Sigue existiendo, pero no se libera. No suele mostrar síntomas, aunque en ocasiones el dolor no llega a desaparecer del todo.

Tratamientos

Su especialista le medicara con antinflamatorios en las fases de mas dolor, y le recomendara el tratamiento con terapia manual en un centro de fisioterapia, con el objetivo de disminuir la inflamación y evitar que se desarrolle una rigidez de hombro secundaria al dolor. Debido a la naturaleza bastante aleatoria del propio proceso de la calcificación, es difícil demostrar la superioridad de un tratamiento con respecto a otros. Se emplean ultrasonidos, magnetoterapia, onda corta, manipulaciones y terapia manual, masaje. Las ondas de choque se emplean con el objetivo de intentar ayudar a la reabsorción del calcio, pero, así como en las piedras situadas en el riñón la tasa de éxito es elevada, en las calcificaciones del hombro no existe un medio líquido tan eficaz para eliminar el calcio una vez bombardeado, y los resultados son más variables en el mejor de los casos entre un 30 y 40% de éxito en la desaparición de las calcificaciones, aunque generalmente es un tratamiento doloroso.

Otra técnica es la punción de la calcificación con una aguja gruesa, llamada trocar, habitualmente ayudándonos de técnicas de imagen como radiografías o ecografía para localizar con precisión la calcificación e intentar aspirarla, habitualmente inyectando suero o anestésico local. La cirugía no es necesaria en la mayor parte de las tendinitis calcificantes, pero en algunos casos, especialmente aquellos refractarios a los tratamientos no invasivos, y cuando el dolor se prolonga más de seis meses (lo que consideramos ya estadios crónicos), es una opción razonable. Habitualmente se realiza una operación artroscópica, esto es que no es necesaria la cirugía abierta, sino que se introduce una cámara de visión (artroscopio) a través de una mínima incisión de 5 mm en la parte posterior del hombro y otra o más incisiones de trabajo de tamaño similar en la cara lateral y anterior del hombro.

En nuestra clínica de fisioterapia y osteopatía situada entre Fuengirola y Mijas (Málaga), tratamos este tipo de lesiones solo con terapia manual consiguiendo bajar la inflamación y poco a poco con nuestras sesiones iras notando mejoría, en caso mas graves nuestros especialistas pueden aconsejarle otros tratamientos derivándolo a su especialista traumatólogo.