Este síndrome es definido como una compresión del nervio ciático por el músculo piramidal o piriforme, con sintomatología de irritación del nervio al inicio del muslo. El músculo piramidal es un músculo par que posee un vientre muscular triangular. Su origen se encuentra en la cara ventral del sacro a la altura de los segundo y tercer agujeros foraminales, sale de la cavidad pélvica por la escotadura isquiática del coxal, por encima del ligamento sacro-espinoso. Atraviesa enseguida oblicuamente hacia abajo la región glútea para terminar en el borde superior del trocánter del fémur (músculo pelvitrocantéreo).

En la región glútea, está debajo del glúteo mayor y encima de la terminación del obturador interno acompañado de los géminos. Delimita dos zonas de paso musculo-ligamentarias llamadas agujeros supra-piriforme e infra-piriforme. Los vasos y nervios glúteos superiores pasan por el suprapiriforme y el nervio ciático junto con el pudendo y el glúteo inferior pasan por el infrapiriforme. La función del piramidal es básicamente la rotación externa de la cadera, pero también es extensor. Participa de manera accesoria a la abducción cuando su punto de apoyo es el sacro.

Causas

  • Relacionadas con la actividad física: no descansar lo suficiente, no realizar calentamiento antes de la actividad deportiva y no estirar tras la misma, realizar deporte de impacto sobre suelo duro… Todas estas malas praxis, llevan al músculo piramidal a un estado de fatiga, haciendo que se produzcan espasmos y no pueda recuperarse.
  • Por estructuras anatómicas, como una escoliosis o una dismetría de las piernas, pueden llevar al mantenimiento de este músculo en tensión por una compensación al buscar la estabilidad de la pelvis.
  • Disfunciones pélvicas o sacras que provoquen tensión muscular: el piramidal crea un eje virtual para la movilidad sacroilíaca interviniendo también en sus posibles disfunciones. Disfunciones en relación al suelo pélvico también pueden afectar al piramidal.
  • Cirugías en la región abdominal y la cadera, de forma frecuente, provocan la formación de adherencias que alteran la estructura y dinámica del tronco pudiendo crear disfunción del músculo piriforme.

Síntomas

Dolor profundo en la región de la cadera y de las nalgas, pero en ocasiones se puede irradiar hacia la región lumbar de forma menos habitual o hacia la parte posterior del muslo llegando a la rodilla, incluso aunque menos frecuente también hasta la pierna y el pie, confundiéndose con una ciática. No es rara la sensación de hormigueo y entumecimiento en la pierna sin otras alteraciones motoras asociadas. Existe dificultad para sentarse, todo dependiendo de la gravedad del cuadro.

Tratamientos

Una vez se este seguro que no se trata de una ciática y se tenga claro el problema del dolor y se valore la gravedad se procederá con terapia física, el objetivo principal es eliminar los factores que favorecen que se produzca este síndrome en el día a día del paciente.

En la terapia manual, el objetivo principal es relajar el músculo. Para ello se llevan a cabo las siguientes técnicas:

  • Masaje de descarga sobre las bandas tensas musculares.
  • Trataremos el músculo con técnicas de presión sobre los puntos gatillo miofasciales, incluso en ocasiones con técnicas más invasivas como punción seca o EPI (Electrolisis Percutánea Intratiruslar).
  • Tratamiento de la musculatura de alrededor, sobre todo la que por una posible coactivación muscular pueda verse también con espasmos (glúteos, musculatura pelvitrocantérea e isquiotibiales).
  • Explorar las articulaciones en las que el músculo tiene relación, ya que pueden verse afectadas por una hipomovilidad o una biomecánica incorrecta provocando que el músculo tenga mayor tensión.
  • Estiramientos de forma pasiva, asistida y/o activa del músculo piramidal y de la musculatura que pueda verse implicada. Enseñar dichos ejercicios para que los pacientes los lleven a cabo de forma precisa, específica y pautada.

Si se pregunta si puedes hacer algo para prevenir este tipo de lesión, la respuesta es que si, porque un tratamiento preventivo del síndrome piramidal será clave para la su pronta recuperación. Principalmente haremos mayor énfasis en un calentamiento correcto y cuidadoso para preparar a todas las estructuras (músculos, tendones, articulaciones…) de cara a la actividad física que vayamos a llevar a cabo.

Después de la actividad física, necesitamos darle a nuestro cuerpo un tiempo de relajación y recuperación, puesto que muchas veces las lesiones son derivadas de un entrenamiento en exceso. Otro de los ítems a tener en cuenta para que esto no se repita es el correcto fortalecimiento y acondicionamiento de la musculatura: cadera, glúteos, zona lumbar…

Tan importante es llevar a cabo un calentamiento previo a la actividad como una sesión de estiramiento posterior al entrenamiento. Ésta es importante para mantener la flexibilidad tanto de músculos como de tendones, es decir, que puedan dar movilidad y sujeción sin sufrir distensiones ni estiramientos en excesos. Por eso para mantener los músculos y tendones flexibles es importante llevar a cabo una rutina de estiramientos.

En nuestra clínica de fisioterapia situada entre Fuengirola y Mijas (Málaga) le podemos asesorar y tratar este tipo de lesiones y nuestros especialistas le guiara en los pasos a seguir para su pronta recuperación.