¿Qué es una contractura muscular de espalda?

Las contracturas a nivel general son situaciones disfuncionales en las fibras musculares, las cuales se encuentran con una contracción continuada e involuntaria. Cuando se da esta situación se produce una dificultad para hacer llegar sangre oxigenada y rica en nutrientes a estas fibras musculares a la vez que tenemos sustancias de desecho que nos cuesta reabsorber. El sistema nervioso nos “avisa” de esta situación mandando señales de dolor al cerebro para hacernos conscientes de que hay algo que tenemos que cambiar.

El segmento lumbar de la columna vertebral es el más robusto de todos. Está formado por 5 vértebras y entre sus funciones, están la de proteger la medula espinal, envuelve las vías nerviosas que envían señales motoras a la mitad inferior del cuerpo y reciben la información sensorial de la misma parte, absorbe cargas y las transmite en dirección a la pelvis.

La columna lumbar también servirá como punto de diferentes grupos musculares. En su conjunto, la zona lumbar permite el movimiento de flexión, extensión, inclinaciones laterales y en menor medida de rotación axial.

Según algunos estudios se estima que entre un 10% y un 40% de las personas afectadas por una contractura muscular, desarrollará en un futuro dolor lumbar crónico, donde nos encontraremos una situación de dolor crónico con implicación de factores psicosociales. No siempre ocurre, y en la mayoría de las ocasiones los episodios agudos se resuelven con un correcto tratamiento de fisioterapia y osteopatía. No obstante, si no se adquieren nuevos hábitos saludables en nuestra vida cotidiana, como es el ejercicio, buenos hábitos alimenticios etc.

La recurrencia y posibilidad de volver a experimentar un episodio de dolor lumbar similar es alta.

La zona parte baja de la espalda es una zona que soporta mucho peso y tiene mucha movilidad. Muchos son los músculos que soportan el complejo lumbar. Desde las capas más profundas como, por ejemplo, sería el psoas, hasta las capas más superficiales, son músculos sometidos a mucho trabajo. Los síntomas pueden ser muy diversos e incluso pueden llegar a perpetuarse en el tiempo durante años si no se tratan. Los músculos más afectados suelen ser:

  • Cuadrado lumbar
  • Multífidos profundos
  • Longísimo
  • Psoas
  • Piramidal
  • Glúteo medio

Tipos de contracturas musculares

Contractura muscular postraumática: Es decir las que son producidas por un accidente, siendo característico de un dolor agudo e intenso que suelen desaparecer a los 3-5 días.

Por mala postura: Que se producen por posturas mantenidas en el tiempo, por movimientos bruscos o mal movimiento.

Disminución del tono muscular: Las cuales se dan por falta de fuerza en la musculatura.

¿Causas?

Sedentarismo o posturas estáticas:

En el caso de dolor lumbar este factor puede ser de los más desencadenantes. Las personas que pasan varias horas al día sentados son más propensas a sufrir dolor lumbar. Además, si no se realiza ningún tipo de actividad física la probabilidad se multiplica. Por otro lado, se sabe que las personas que realizan actividad física regularmente, tienen menos posibilidades de sufrir algún episodio de dolor lumbar, tanto por el fortalecimiento de la musculatura que recubre y protege la zona lumbar actuando como una faja, como por la liberación de sustancias antiálgicas, como son las endorfinas, que nos proporcionan una mayor sensación de bienestar y un bloqueo en las vías de transmisión de dolor.

Por tanto, se recomiendan realizar cambios posturales a lo largo del día y realizar actividad física de manera regular.

Edad avanzada:

Con la edad se produce el proceso de sarcopenia (pérdida de la masa muscular), acompañado de la pérdida de su capacidad viscoelástica de ésta debido a la menor síntesis de colágeno que genera el cuerpo. Es por ello que la edad es un factor que contribuye a la posibilidad de contractura muscular.

Estrés emocional:

El estrés nos lleva a acumular tensión, no solo psicológica, sino también muscular por el exceso de adrenalina y cortisol que produce nuestro cerebro, por lo que es probable que suframos una contractura involuntaria.

Deporte:

El exceso de ejercicio en nuestros trabajos o la actividad física también somete al cuerpo a un estrés físico y la respuesta reactiva o defensiva del cuerpo es la contracción involuntaria y continuada del musculo estresado y por tanto la provocación de dolor que obliga y sugiere el parar o bajar la carga de trabajo.

Deshidratación o mala alimentación:

Una mala hidratación o alimentación impide una correcta reserva de nutrientes y minerales que necesitan las fibras musculares para su correcto funcionamiento. Alguno de ellos son el magnesio, el sodio o la glucosa.

Síntomas

La tensión prolongada da paso a diversos síntomas que pueden ser variables de unas personas a otras. Por tanto, si sufres una o más manifestaciones de las que le vamos a indicar, es probable tengas una contractura muscular, para mayor seguridad se lo tendrá que diagnosticar su medico especialista.

Los síntomas más habituales son:

Dolor: El dolor es el síntoma más común al sufrir una contractura de espalda. Sin embargo, el dolor puede variar en intensidad, desde leve hasta grave, y también ser agudo o sordo, independientemente de su intensidad. Por otra parte, puede estar localizado en una zona específica o irradiarse a otras áreas.

Limitación del movimiento: La limitación del movimiento también es bastante frecuente debido a que una contractura puede limitar la flexibilidad de nuestra columna vertebral. Esto nos puede afectar a la hora de realizar tareas cotidianas y nuestra calidad de vida se verá mermada.

Debilidad muscular: Se puede sufrir también debilidad muscular. Esto provoca dificultades a la hora de cargar peso o mantener una postura erguida.

Rigidez: Si sientes rigidez en la espalda, probablemente cuentes con tensión que no te permita mover libremente la zona media y alta de tu cuerpo, en consecuencia, tu plasticidad se verá limitada.

Espasmos musculares: Los espasmos musculares en la espalda son contracciones involuntarias que producen dolor y suelen ser un síntoma habitual de esta dolencia.

Tratamientos

La prevención siempre es el mejor sistema para evitar tener contracturas en la espalda. Para ello, es conveniente realizar ejercicio regularmente, por lo que mantenernos activos será primordial, también debemos ser conscientes de tener una buena higiene postural y efectuar estiramientos antes de una actividad que conlleve esfuerzo para esta zona. A veces, las contracturas se van tan rápido como llegaron, si es algo muy puntual y que no se extienden en el tiempo, no requieren de ningún tratamiento. Sin embargo, cuando nos impiden llevar una vida normal o el dolor es muy intenso, es necesario acudir a un profesional para que realice un diagnóstico y así poder obtener el tratamiento adecuado.

Algunos de los que mejorarán tu dolor y contracturas son:

Reposo: Si el dolor es muy intenso, se necesitará guardar reposo para que la inflamación disminuya. Aparte, es posible que se recete algún tipo de medicamento analgésico o relajante muscular. También se recomendará aplicar calor o frío en la zona.

Fisioterapia: Por otra parte, la fisioterapia será clave para reducir, fortalecer y prevenir las contracturas musculares. A través de tratamientos mecánicos se puede conseguir una relajación de los músculos y una mejora de la circulación sanguínea. Algunos de estos músculos son tan profundos y fibrosos que no se llega a sus capas más profundas con un simple masaje. para estos casos se recomienda la punción Seca preferiblemente ecoguiada. También están indicadas las técnicas osteopáticas para liberar bloqueos y dar movilidad articular que posteriormente ayudará con la relajación muscular.

En nuestra clínica de fisioterapia y osteopatía situada entre Fuengirola y Mijas (Málaga) tenemos varios tratamientos para este tipo de dolencias, con excelentes resultados, avalados por la experiencias de nuestros pacientes durante años, consiguiendo no solo la recuperación de los pacientes, tambien una recuperación en pocas sesiones, consúltenos por nuestras vías de comunicación habituales para saber más información, siendo la llamada telefónica la más recomendable por ser la comunicación más rápida y personalizada que se le puede dar.