Las emociones pueden tener un impacto significativo en nuestro bienestar físico y mental, y también pueden influir en la tensión muscular y la salud de la columna cervical. La zona cervical, que comprende el cuello y los hombros, desempeña un papel crucial en nuestra capacidad para mantener una postura adecuada, realizar movimientos suaves y albergar una red compleja de nervios y vasos sanguíneos. Sin embargo, la tensión crónica y los problemas cervicales son una realidad común en nuestra sociedad moderna.

¿Qué tipo de emociones son las que nos pueden afectar a nuestro cuello?

Realmente son casi todas las emociones que podamos sufrir en nuestro día a día y sobre todo suele afectar cuando es algo continuo, a continuación, le vamos a detallar cada tipo de emoción como afecta a nuestro cuello y hombros:

  • Estrés: En primer lugar, el estrés crónico puede provocar tensión muscular en todo el cuerpo, incluida la zona del cuello y los hombros. Esto puede llevar a la aparición de dolores cervicales y rigidez muscular. Cuando el estrés se vuelve crónico o persistente, puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental. En estos casos, es esencial aprender a manejar el estrés de manera efectiva a través de técnicas de manejo del estrés, como la práctica regular de ejercicio, la relajación, el tiempo de ocio, la meditación, el apoyo social y la búsqueda de ayuda profesional cuando sea necesario.
  • Ansiedad: La ansiedad puede manifestarse físicamente como tensión muscular, especialmente en el área del cuello y los hombros. La preocupación constante y la ansiedad pueden llevar a una postura encorvada o a apretar los músculos del cuello, desencadenando estas molestias cervicales.
  • Depresión: Las personas que experimentan depresión a menudo pueden adoptar una postura encorvada, lo que puede ejercer tensión adicional en la región cervical. Además, la depresión puede llevar a la disminución de la actividad física, lo que puede contribuir a la debilidad muscular y el empeoramiento de los síntomas cervicales. La depresión también puede estar asociada con la tendencia a apretar los músculos del cuello y los hombros como respuesta al estrés o la ansiedad. Este hábito de tensión muscular crónica puede causar molestias y dolor en la zona cervical.
  • Ira y Frustración: La ira reprimida o la frustración también pueden manifestarse a través de la tensión muscular. En este sentido, apretar los dientes o tensar los músculos del cuello debido a la ira o la frustración frecuente puede causar dolor cervical. Cuando experimentamos ira, es común que se produzca una respuesta de tensión muscular en todo el cuerpo, incluyendo el cuello y los hombros. Las personas tienden a apretar los músculos de la mandíbula y del cuello, lo que puede generar dolor y rigidez en la zona cervical.
  • Tristeza: La tristeza profunda o la pérdida emocional también pueden provocar una postura encorvada y una disminución de la actividad física, lo que puede afectar negativamente la salud cervical. Cabe destacar que cada persona es única y puede experimentar diferentes respuestas emocionales y físicas. Si experimentas problemas cervicales persistentes o graves, es recomendable consultar a un profesional de la salud, como un médico o fisioterapeuta, para recibir un diagnóstico y tratamientos adecuados.

¿Qué zonas son las afectadas?

Cada emoción se vincula a una parte de la columna más que en otras, a continuación, vamos a detallar en que zonas de cada vertebra se suele enfocar más cada emoción:

Zona Cervical:

  • C1: Miedo y confusión. La mayoría de las veces es por huir de la vida o por tener una sensación de no valer.
    C2: Indecisión, rencor, negación.
    C3: Culpa, indecisión, agobio.
    C4: Ira reprimida, sentimientos bloqueados, culpabilidad,
    C5: Temor a expresarse, temor a la humillación, temor al rechazo.
    C6: Rabia, confusión, inflexibilidad
    C7: Rabia, sensación de dejadez, soledad.
    Los dolores en la parte de la cervical se relacionan con la comunicación o estado de afrontar la vida. Si dejamos de pensar tanto lo que tenemos que hacer y expresamos los sentimientos seguramente mejoremos toda la parte superior de la espalda.

Zona Dorsal:

  • D1: Miedo a la vida. Imposibilidad de afrontar las cosas
    D2: Incapacidad de demostrar sentimientos. Dolor, miedo.
    D3: Caos interior, incapacidad de comunicarse.
    D4: Critica a los demás, amargura.
    D5: Furia, rabia, ira, rechazo de emociones
    D6: Emociones negativas guardadas, temor al futuro.
    D7: Temor a disfrutar, dolor.
    D8: Temor al fracaso
    D9: Victimismo, temor a la vida.
    D10: Victimismo, temor a la responsabilidad.
    D11: Miedo a relacionarse
    D12: Inseguridad, temor a amar.
    El dolor en la zona dorsal nos indica un exceso de responsabilidad y de carga. Debemos dejar de asumir tantas responsabilidades y dejar la carga para sentirnos mejor.

Síntomas en la zona Lumbar:

  • L1: Inseguridad, ganas de soledad.
    L2: Vivir tiempos pasados, estancamiento de la realidad.
    L3: Odio a uno mismo, culpabilidad
    L4: Sensación de impotencia, inseguridad económica, miedo a la profesión.
    L5: Inseguridad, miedo al sexo.
    El Dolor lumbar significa inseguridad y miedos. Necesitamos dejar a un lado los problemas pasados para centrarnos en el presente y así solucionar muchos de esos problemas físicos.

¿Cómo aliviar las molestias cervicales?

Las molestias cervicales pueden ser bastante incómodas, pero hay varias medidas que puedes tomar para aliviarlas. Aquí tienes algunas recomendaciones:

  • Aplica calor o frío: Puedes usar una compresa caliente o una bolsa de agua caliente en el área afectada durante 15-20 minutos varias veces al día para aliviar la tensión muscular. También puedes probar con una compresa fría o una bolsa de hielo envuelta en una toalla durante 15-20 minutos para reducir la inflamación.
  • Realiza estiramientos y ejercicios de fortalecimiento: Los ejercicios suaves de estiramiento y fortalecimiento pueden ayudar a reducir la tensión y mejorar la flexibilidad en los músculos del cuello. Consulta con un fisioterapeuta o médico para recibir orientación sobre los ejercicios más adecuados para usted.
  • Mantén una buena postura: Asegúrate de mantener una postura adecuada mientras estás sentado o de pie y evita encorvar los hombros o mantener la cabeza hacia adelante durante períodos prolongados. Para lograrlo, puedes utilizar una silla con soporte lumbar y ajustar la altura de tu escritorio para que tu pantalla esté a la altura de los ojos.
  • Toma descansos regulares: Si pasas mucho tiempo frente a una computadora o realizando actividades que requieren estar en una posición fija, asegúrate de tomar descansos regulares. Levántate, estira el cuello y los hombros, y realiza movimientos suaves para relajar los músculos.
  • Practica técnicas de relajación: El estrés y la ansiedad pueden contribuir a la tensión muscular y empeorar las molestias cervicales. Pruebas técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga, para ayudar a reducir el estrés y promover la relajación general.
  • Utiliza almohadas y colchones adecuados: Su almohada y colchón deben ser cómodos y tienen que proporcionar un buen soporte para su cuello y columna vertebral. Una almohada adecuada debe mantener su cabeza y cuello en una posición neutral mientras duermes.
  • Fisioterapia: Si las molestias cervicales persisten o empeoran, es recomendable consultar a un fisioterapeuta. Pueden proporcionarte técnicas de terapia manual, masajes, ejercicios específicos y otros tratamientos que ayuden a aliviar la tensión y promover la curación.

En nuestra clínica de fisioterapia y osteopatía situado entre Fuengirola y Mijas (Málaga), podemos ayudarle con este tipo de molestias y dolencias de cervicales, hombros y espalda en general, sean por motivos emocionales o por otro tipo de problema, le realizaremos una anamnesis y se le dará el tratamiento mejor adaptado a cada caso. Pónganse en contacto por nuestras vías de comunicación habituales siendo la llamada telefónica la más recomendable por su rapidez y eficacia.