La sobrecarga muscular es una dolencia común que afecta tanto a personas activas como a aquellas con rutinas sedentarias. Si has experimentado dolor, rigidez o fatiga muscular, es probable que te interese conocer una innovadora solución: la neuromodulación. En este artículo, te explicamos qué es, cómo funciona y por qué puede ser clave para tu bienestar.
¿Qué es la neuromodulación y cómo funciona?
La neuromodulación es una técnica avanzada de fisioterapia que actúa directamente sobre el sistema nervioso. Utiliza corrientes de baja frecuencia aplicadas cerca de los nervios periféricos o los músculos afectados para mejorar su función. Este procedimiento, guiado generalmente por ecografía para garantizar su precisión y seguridad, es seguro, prácticamente indoloro y puede combinarse con otros tratamientos fisioterápicos.
Beneficios de la neuromodulación en la sobrecarga muscular
La neuromodulación ofrece beneficios específicos para quienes sufren sobrecarga muscular, incluyendo:
1. Reducción del dolor
Influye en las señales nerviosas que envían mensajes de dolor al cerebro, disminuyendo así la sensación de incomodidad.
2. Mejora del control neuromotor
Optimiza la movilidad y mejora la contracción muscular, ayudando a aliviar la fatiga crónica y la sensación de pesadez.
3. Aumento del rendimiento muscular
Contribuye al fortalecimiento y la resistencia muscular, favoreciendo tanto la recuperación como la prevención de futuras lesiones.
4. Aceleración de la rehabilitación
Estimula la plasticidad neuronal, lo que facilita una recuperación más rápida y eficiente
Tipos comunes de sobrecarga muscular
Las sobrecargas musculares varían según su causa y localización. Aquí te mencionamos las más frecuentes:
- Contracturas musculares: Dolor y rigidez prolongados que limitan el movimiento.
- Tendinitis: Inflamación de los tendones, como la tendinitis del tendón de Aquiles o el «codo de tenista».
- Dolor muscular tardío (DOMS): Sensación de agujetas tras actividades intensas.
- Trastornos por fatiga: Dolor y rigidez que empeoran con el ejercicio repetitivo.
- Fracturas por estrés: Grietas en los huesos debido a esfuerzos repetitivos.
¿Cuáles son las zonas del cuerpo más propensas a sobrecargas musculares?
Aunque cualquier músculo puede verse afectado, las zonas más vulnerables incluyen:
- Cuello y cervicales: Común en personas que pasan largas horas frente a pantallas.
- Hombros: Afectados por movimientos repetitivos y esfuerzos.
- Espalda baja (zona lumbar): Propensa a sobrecargas por malas posturas o actividades extenuantes.
- Piernas, rodillas y tobillos: Más comunes en deportistas y personas activas.
- Brazos y manos: Sobre todo en actividades laborales o deportivas intensas.
Síntomas de la sobrecarga muscular
Reconocer los síntomas es clave para actuar a tiempo. Los signos incluyen:
- Dolor localizado o irradiado.
- Sensación de fatiga y pesadez.
- Rigidez y dificultad para moverse.
- Inflamación y calambres.
- Hormigueo o debilidad muscular.
Prevención de la sobrecarga muscular
Evitar la sobrecarga muscular es posible siguiendo estas recomendaciones:
- Progresión gradual: Incrementa la intensidad de tus entrenamientos de manera paulatina.
- Calentamiento y estiramientos: Prepara y relaja tus músculos antes y después del ejercicio.
- Técnica adecuada: Realiza los movimientos de forma correcta.
- Descanso adecuado: Respeta los tiempos de recuperación entre sesiones.
- Fortalecimiento muscular: Incorpora ejercicios de fuerza en tu rutina semanal.
- Hidratación y nutrición: Mantén una dieta equilibrada y suficiente hidratación.
- Variedad en el entrenamiento: Alterna actividades para evitar la sobrecarga de ciertos grupos musculares.
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