¿Qué es la cervicalgia?

La cervicalgia es un dolor de un proceso generalmente benigno, que se manifiesta en la zona posterior o lateral de la columna cervical, llegando normalmente hasta la primera vértebra dorsal, y que puede ir desde un simple malestar a un intenso dolor, que puede llegar a extenderse por la estructura de espalda, brazos, manos y cabeza, limitando el movimiento y pudiendo llegar a estrangular los vasos sanguíneos de la zona produciendo cefaleas, mareos y vértigos.

También se pueden generar problemas nerviosos cuando hay pinzamientos o lesiones en las articulaciones cervicales intervertebrales, viéndose comprometidos los nervios al salir de la médula espinal, llegando a producir patologías como la neuralgia de Arnold, neuralgia del Trigémino, parálisis facial…

Cuando los nervios afectados son los que inervan el brazo se producen déficits neurológicos en el brazo afectado, como hormigueos, falta de fuerza, sensación de acorchamiento. En estos casos se denomina cervicobraquialgia.

Si el dolor de cuello es muy agudo y aparece de repente le llamamos tortícolis la cervicalgia la podemos clasificar como:

  • Recurrente: Cuando los síntomas desaparecen durante unas semanas y reaparecen con más intensidad.

 

  • Aguda: Cuando dura de unos días a tres semanas y el dolor remite por sí solo

 

  • Subaguda: El dolor se mantiene de cuatro a doce semanas.

 

  • Crónica: El dolor persiste por más de doce semanas.

 

Causas

Pueden ser muy diversas por eso es importante ir al origen de esas causas, porque el dolor cervical puede ser referido, esto significa, que puede ser reflejo de un problema localizado en otro lugar. Por ejemplo; unas cefaleas pueden ser producidas por una cervicalgia, esta puede estar producida por bruxismo y este por estrés… Poco a poco de esta manera y a través de una entrevista que nos hace nuestro especialista se va llegando al origen y causante del dolor. Esta visión de conjunto es propia de disciplinas como la osteopatía.

La osteopatía buscará tratar, no solo la parte dolorida donde se manifiesta el dolor, sino el origen de este dolor. Por ello en osteopatía será pertinente determinar que órgano tiene una disfunción, atendiendo a las emociones, a la alimentación, al abuso de medicamentos, abuso de sustancias recreativas como alcohol, drogas…

Puede deberse a un problema mecánico: las causas mecánicas son las más comunes en la cervicalgia, ya que nuestra cervical está constantemente moviéndose en todos los sentidos (sobre todo en rotación), lo que la somete a un gran desgaste.

La patología puede estar originada por un proceso degenerativo, en el que con el tiempo las vértebras y los discos intervertebrales se van deshidratando, lo que genera aplastamiento vertebral, llevando a patologías inflamatorias como la artritis reumatoide o la espondilitis anquilosante.

En otros casos se produce estrechamiento del canal vertebral (estenosis).

Las malas posturas que adoptamos producen lesiones por compresión de las estructuras nerviosas, pudiendo en algunos casos llegar a comprimir una arteria o vena del cuello.

Un traumatismo como el latigazo cervical, un mal alineamiento de los dientes (maloclusión), mala visión, contracturas musculares, son factores entre otros, que pueden contraer los músculos del cuello generando un bloqueo de las vértebras cervicales.

 

Diagnóstico

Se realiza previamente una valoración clínica para establecer el tratamiento adecuado, y para ello es importante como se ha mencionado anteriormente hablar con la persona afectada, entrevistarla e intentar vislumbrar aquellas conductas o hábitos que pueden producir la patología.

Posteriormente realizar un examen físico valorando la movilidad de la cabeza, cuello, hombros, brazos y articulaciones, incluyendo una inspección palpatoria de los músculos cervicales y dorsales.

Pero debemos tener en cuenta que el osteópata no trata lesiones, sino que normaliza las disfunciones somáticas (del cuerpo), por ello es necesario antes de comenzar el tratamiento de la cervicalgia con osteopatía la valoración previa que nos permita localizar las tensiones musculares y los bloqueos articulares, así como las situaciones donde el tratamiento sea contraindicado y, más importante aún, sea necesario derivar por patologías subyacentes.

Es conveniente y suele ser suficiente realizar una radiografía para valorar las vértebras cervicales para detectar alguna anormalidad y si se sospecha que puede haber una patología subyacente, se derivará al profesional correspondiente para realizar pruebas de tomografía, electromiograma o resonancia magnética, ya que pueden existir patologías que afecten al sistema nervioso de la columna, y con las cuales ciertos tratamientos pueden ser contraproducentes.

Realizada la valoración física y un diagnóstico, es el momento de establecer un tratamiento personalizado, el cual puede incluir varias técnicas osteopáticas enfocadas principalmente a aumentar y restaurar la función musculo-esquelética de las zonas afectadas.

La osteopatía posee varios métodos a su disposición:

  • Masaje terapéutico: Para eliminar contracturas musculares tratando el tejido blando.

 

  • Manipulaciones vertebrales: Técnicas basadas en movimientos específicos de la columna, cuya finalidad es la de normalizar el tono muscular inhibiendo la hipertonía y la hiperactividad de la musculatura implicada, normalizando la circulación local y ayudando a liberar adherencias de las carillas articulares de las vértebras restableciendo su movilidad.

 

  • Tratamiento miofascial: La fascia es un tejido conectivo con gran contenido de colágeno que nos envuelve como una red, conectando y compartimentando los músculos, huesos, vísceras, nervios y sistema vascular, protegiendo y manteniendo la estructura del cuerpo unido, dándole la forma.

 

  • Manipulación de la articulación temporomandibular: La articulación temporomandibular es una de las más utilizadas del cuerpo ya que actúa al masticar, tragar y hablar.

 

  • Osteopatía craneal: Con esta técnica el osteópata, usando el sentido del tacto en técnicas suaves e indoloras, percibe cambios en los tejidos, en los fluidos y en las uniones de los huesos del cráneo (suturas), e intentará devolverles su equilibrio liberando tensiones y restaurando la circulación vascular y nerviosa.

 

  • Normalización de la función visceral y emocional: Las emociones están ligadas a los órganos; si nos ponemos nerviosos nos falta aire y nuestros pulmones se ven afectados, si tenemos miedo nuestro estómago se resiente… El órgano, a verse afectado, afectará negativamente al sistema musculo-esquelético y su biomecánica, ya que están enervados a la columna vertebral.